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Oración del Jubileo
Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en
tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llama de caridad
infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme
en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo
reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz
de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
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La Puerta Santa de San Pedro
La Puerta Santa de San Pedro se abre a manos del Papa sólo con ocasión del Jubileo. Suele ser la primera puerta que se abre y que identifica el inicio del Año Santo. El primer registro de este rito en la Basílica de San Pedro, se remonta al 1.500 por el Papa Alejandro VI. Actualmente, el muro que sella la puerta se desmonta en los días previos a su apertura. En este momento, se libera una caja que permanece tapiada desde el Año Santo precedente. En esta caja se encuentra la llave que permite abrir la puerta. El Papa empuja las puertas de forma simbólica. También por razones de seguridad se ha abandonado durante el rito, el uso del martillo con el que se golpeaba el diafragma de ladrillo que la cerraba.
La puerta permanece abierta en todo momento para el paso de los peregrinos. Con este gesto, no sólo se posibilita vivir plenamente la indulgencia ligada al Año Santo, sino también significar que el propio camino de conversión viene por el encuentro con Cristo, la "puerta" que nos une al Padre.
En 1949 se convocó un concurso para la realización de la Puerta para el Jubileo que habría de celebrarse al año siguiente. Este concurso lo ganó el escultor Vico Consorti, que llevó a cabo su realización en 11 meses, a tiempo para su inauguración en la Nochebuena de 1949.
La Puerta fue un regalo al Papa Pío XII de parte de Franz Von Streng, obispo de Lugano y Basilea, y de su comunidad, como agradecimiento al Señor por haber librado a Suiza de la guerra. El tema que el escultor siguió para la realización de los paneles que después conformarían la puerta fue dictado por las palabras del Papa: “Concede, oh, Señor, que este Año Santo sea el año del gran retorno y del gran perdón”.
El ciclo escultórico, de hecho, narra la historia de la humanidad en dieciséis paneles desde El Pecado y la Expulsión del Paraíso Terrenal, hasta las apariciones de Cristo resucitado a Tomás y a todos los Apóstoles reunidos, y la imagen de Cristo como puerta de salvación en el último panel.
*** Fuente Dicastero per L'Evangelizzazione, Città del Vaticano. Tutti i diritti sono riservati.